Una me dice:
Hola amiga: He leído tus reflexiones y lo único que se me ocurre sugerirte es que las escribas seguido, como un relato, porque, para mi gusto, este registro poético tienes que depurarlo muchísimo más para darle más musicalidad. Creo, sinceramente, que un relato bien hilvanado, en el que describieras con pelos y señales tu infancia , tus sueños y cómo ha transcurrido luego tu vida, de forma sintética, claro está, quedaría muy bien.
El otro me dice:
Hola MAP,
Te animo a profundizar en esa reflexión, te sugiero un reflexión espacial,
quizás una reflexión sobre el “buen sitio” te ayude a encontrar tu lugar en el mundo,
tu sitio sobre el planeta, pisando y sintiendo a la Madre Tierra.
Dices “viví en un sótano insaluble hasta los diecisiete”
pero no dices cuantos años dormiste en una cama electromagnética.
No se cuantos tóxico acumulaste en 15 años como oficinista,
pero el fallo de tu corazón no ha sido “de pronto”.
La cama electromagnética de tu padre no tiene tanto poder,
ha necesitado muchos años para romper tu sistema cardiovascular.
Quizás tus reflexiones espaciales ayuden a otros a sentir su lugar en el mundo,
a percibir las energías positivas y negativas de la casa y del subsuelo,
a mirarse en el espejo y encontrar su sitio en el espacio, para bien de todos.
Porque el espacio donde vives tiene algo que ver con tu salud.
Un fuerte abrazo
Y yo agradezco ambas sugerencias que me resultan muy estimulantes porque me gusta escribir y compartir. Quizás algún día decida publicar en este blog lo que me proponéis.
NOTA: Os recuerdo que los subrayados con fondo blanco, aparecen espontaneamente, ajenos a mi voluntad y no logro eliminarlos o evitarlos.
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